Cabe señalar que es la primera vez en la historia de la Iglesia Ortodoxa Rusa en México, que se hace entrega de tales reconocimientos a individuos, lo cual es una muestra tangible del crecimiento y estabilidad que hemos alcanzado con grandes sacrificios, en tan solo cinco años de existencia como comunidad organizada en torno a nuestras raíces espirituales.
Felicitamos calurosamente a estos compatriotas Ortodoxos; que esto sirva de ejemplo a muchos más de entre nosotros, y que ellos sigan esforzándose para merecer tan grande distinción.